Cuando hablamos de la necesidad de dormir con un ojo abierto refiriéndonos a quedarnos en alerta, no nos estamos alejando mucho de la realidad. La primera noche que pasamos en un lugar nuevo, como un hotel o una casa ajena, el cerebro se mantiene más despierto durante el sueño que en circunstancias habituales. Concretamente el hemisferio izquierdo, que permanece en un estado de guardia automática con el objetivo único de vigilancia ante cualquier peligro o amenaza. A este fenómeno se le llama el efecto primera noche.

El descubrimiento del efecto primera noche

La primera noche en un lugar desconocido suele ser pesada, incómoda y sin mucho descanso. Es una experiencia común despertarse cansado y con la sensación de no haber dormido bien. Para dar explicación a esto, la Universidad de Brown en Providence, Estados Unidos, hizo una investigación analizando el sueño de 35 voluntarios.

Al revisar la actividad neurológica de los 35 durante la noche, dormidos en un espacio nuevo por primera vez, observaron un fenómeno común en todos los participantes. El hemisferio izquierdo presentaba un sueño más ligero que el derecho y una mayor respuesta a los sonidos.

La explicación de este fenómeno es la respuesta instintiva del propio cerebro que, al encontrarse en un entorno desconocido y por ende potencialmente peligroso, se pone en situación de alerta y cautela, preparándose ante cualquier amenaza. El hecho de que esta alteración suceda solamente en un hemisferio todavía es un misterio para la ciencia. Aunque probablemente se trate de destinar únicamente los recursos necesarios a esta finalidad de protección, garantizando a la vez un mínimo de descanso.

Cómo evitar este efecto para mejorar el descanso durante el sueño

El efecto primera noche sucede de manera automática e involuntaria. Y puede terminar siendo un problema para personas cuyo estilo de vida o trabajo les obligue a dormir con bastante frecuencia en espacios ajenos. Dejando de dormir bien cada noche y perdiendo paulatinamente la calidad del sueño.

Para apagar de algún modo este sistema de alerta instintivo hay algunas actividades que podrían «engañar» al cerebro haciéndole creer que no se encuentra en un entorno desconocido. Por ejemplo, utilizar siempre la misma almohada o alojándose en habitaciones de hotel con estética similar.

Como bien indica el nombre del fenómeno, sucede solamente la primera noche. Lo que demuestra la rápida capacidad de adaptación del cerebro a situaciones y contextos nuevos. De esta manera, diseñar bien el entorno y el espacio de sueño puede evitar el efecto aumentando el descanso nocturno.

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