Febrero es una época mágica para visitar el Parque Nacional de Yosemite, en California, Estados Unidos. En ciertos días, un fenómeno natural conocido como “cascada de fuego” es visible en las cataratas Horsetail en el borde este del parque. En este periodo, la naturaleza crea una ilusión óptica que produce un efecto extraordinario en la cascada. Desde ciertos ángulos, parece que lo que cae desde las alturas es lava ardiendo. Un espectáculo asombroso que atrae a miles de turistas de todas partes del mundo.

El efecto ambiental en Yosemite

Cada año, si las condiciones meteorológicas lo permiten, el borde de una montaña del parque se enciende con el reflejo de la luz solar y crea la ilusión de que llamas intensas caen desde la cima. Sin embargo, cualquier cambio en el clima puede impedir el efecto. Un poco de neblina o nubosidad arruinarán la cascada de fuego, por lo que es necesario contar con un cielo completamente despejado durante la puesta de sol.

Además, si el invierno no provocó suficiente hielo, la cascada no tendrá la cantidad necesaria de agua para ofrecer el espectáculo. Al terminar el deshielo, la formación se queda sin agua y no podrá apreciarse hasta el siguiente invierno, de acuerdo con el Sistema de Parques Nacionales de Estados Unidos.

Este fenómeno único atrae a cientos de visitantes y fotógrafos que quieren ser testigos de la cascada de fuego. Incluso acampan durante días en el Valle de Yosemite. Debido al frío del invierno, lo más recomendable es llevar ropa de abrigo, así como linternas y alimentos suficientes para el tiempo de espera.

La ubicación perfecta para observar

La espectacular ilusión óptica toma como sede el borde oriental de la formación rocosa conocida como El Capitán. No es posible llegar en automóvil hasta ahí. El estacionamiento más cercano está en Yosemite Falls y luego es necesario caminar 2.4 kilómetros hasta la zona de observación.

Es imposible conocer la fecha exacta en que aparecerá la cascada de fuego. Pero generalmente se registra a inicios del mes de febrero, cuando comienza a derretirse el hielo y la nieve que se formaron durante el invierno.

La cascada mide aproximadamente 650 metros y el agua fluye en dos caudales por periodos de tiempo breves. En definitiva, un lugar para visitar al menos una vez en la vida.

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