El teatro es una de las artes con más supersticiones y creencias de buena suerte. De hecho, hay varias expresiones que se usan habitualmente en el gremio para invocar la fortuna antes de la función. Frases hechas que no se sabe muy bien de dónde vienen y que suenan particular e irónicamente maliciosas, a priori. Se trata de las locuciones «rómpete una pierna», traída del inglés break a leg, y «mucha mierda». Declaraciones cuanto menos curiosas cuyo origen, como siempre, resulta de lo más interesante.

¡Mucha mierda!

La razón de ser de esta escatológica expresión es bastante comprensible dado su contexto. Comenzó a usarse en Francia hace un para de siglos, cuando era habitual que la clase alta se transportase en carruajes de caballos. Entonces, eran solo los adinerados quienes asistían al teatro, dejando sus carruajes estacionados a las puertas del edificio durante el espectáculo.

Eventualmente, era inevitable que los caballos hicieran sus asuntos en las calles en el transcurso de la función. Y el silogismo es sencillo: cuanto mejor era la obra de teatro, más audiencia tenía. Cuanta más audiencia, más caballos a las puertas. Cuantos más caballos, más excremento en la calle. Por tanto, «mucha mierda» era sinónimo de éxito sobre las tablas del escenario.

¡Venga, rómpete una pierna!

El origen del enunciado «rómpete una pierna» es más difuso que el anterior y hay quien defiende hasta tres teorías.

La expresión viene de la vieja Inglaterra, por lo que es más probable escuchar tal deseo en inglés, break a leg.

La primera conjetura relaciona la frase con el teatro en la Grecia Clásica. Por lo visto, en aquella época era común vitorear a los actores golpeando el suelo con el pie, en vez de aplaudiendo. De esta manera, desear la fractura de una pierna, significaría desear que los golpeteos (aplausos) fueran tantos y tan fuertes como para que alguien se rompiera una pierna.

Otra teoría se basa en la superstición paradójica de que desear buena suerte da mala suerte. Por lo que desear algún mal, como romperse una pierna, atraería el éxito en la tarea en cuestión.

Por último, hay quien cree que todo viene del teatro isabelino en Inglaterra. Momento en que tras una buena actuación, el público lanzaba monedas al escenario como premio hacia los actores. Estos, en agradecimiento, se arrodillaban para recoger las monedas, «rompiendo» así la línea de la pierna para alcanzarlas. Esta sería una descripción más literal del hecho en sí, y probablemente la versión que más se acerca a la realidad.

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