Arquímedes es especialmente conocido por gritar la icónica expresión ¡eureka!, que en griego antiguo significa «lo he encontrado”. Justo en aquella ocasión, cuando salió eufórico de su casa, popularizó el principio de Arquimedes, la fórmula para medir la densidad de los objetos utilizando solamente agua. Pero aunque este fuera su gran descubrimiento, sus aportaciones a la humanidad fueron mucho más grandes. Sus inventos ingeniosos y su capacidad estratégica ayudaron a la ciudad de Siracusa a librar la guerra ante el Imperio Romano

El inicio del conflicto contra Siracusa

Arquímedes fue un brillante matemático, físico, ingeniero, inventor y astrónomo. Nació en la ciudad de Siracusa, en la costa sureste de Sicilia, en el año 287 a.C. Fue testigo del gran cambio de poder en el Mediterráneo cuando los romanos adquirieron prominencia. De hecho, es por su papel al enfrentarse a ellos por lo que la historia antigua le dio más crédito.

En el año 213 a.C., las fuerzas romanas sitiaron la ciudad. La política era turbulenta y el gobernante de Siracusa se alió con el general cartaginés Aníbal Barca, enemigo declarado del Imperio durante las guerras púnicas. En aquel momento, Aníbal estaba causando estragos en Italia con su ejército, justo después de haber cruzado los Alpes con la ayuda de elefantes. Roma decidió entonces asediar la ciudad con su flota.

Siracusa aguantó durante meses, en gran parte gracias a Arquímedes que contaba ya setenta años. Para reforzar la resistencia, el matemático aplicó su habilidad y conocimiento para la solución de problemas reales que definitivamente marcaron la historia.

El asedio de Siracusa
El asedio de Siracusa
Fuente de la imagen: History

La aportación de Arquímedes en la defensa 

El inventor creó nuevas armas para todos los soldados. Rediseñó las catapultas de la ciudad, aumentando su alcance, potencia y precisión. Fabricó otras más pequeñas para las cortas distancias cerca de las murallas. Inventó máquinas de poleas para apedrear masivamente a quienes escalasen los muros. Diseñó la llamada garra, una gran zarpa de metal, manejada del mismo modo, que se dejaba caer sobre los barcos para hundirlos. Los resultados de sus inventos fueron catastróficos para los romanos. Sin ellos, probablemente Siracusa hubiera caído en horas

Polibio, el historiador que registró el ascenso al poder de Roma, describió estos hechos.

Algo tan grande y maravilloso es el genio de un hombre cuando se aplica correctamente a ciertos asuntos. Los romanos al menos, fuertes como eran tanto por mar como por tierra, tenían todas las esperanzas de tomar la ciudad de inmediato si un anciano de Siracusa era eliminado. Pero mientras estuvo presente, ni siquiera se atrevieron a intentar atacar de esa manera en la que la habilidad de Arquímedes podría usarse en la defensa «.

La caída inevitable de Siracusa

Los romanos tomaron Siracusa finalmente en el año 212 a.C. Explotaron una debilidad en uno de los muros defensivos que daban a tierra, mientras los siracusanos celebraban una fiesta religiosa. Se dice que Roma ordenó la aprehensión de Arquímedes con vida. Pero cuando un soldado romano se lo topó, el matemático estaba trabajando en sus asuntos y exigió terminar su trabajo. Esta indiferencia enfureció al soldado y lo mató de inmediato.

El ingenio de Arquímedes marcó tanto a Roma que el comandante que lideró el asedio rindió homenaje a su familia por 10 días, ya que lo admiraba enormemente como enemigo.

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