La meditación se puede definir como un conjunto de técnicas destinadas a fomentar un estado elevado de consciencia y atención focalizada. Se ha demostrado que tiene una gran cantidad de beneficios para el bienestar psicológico y físico.

Este tipo de práctica se ha llevado a cabo en culturas de todo el mundo durante miles de años. Casi todas las religiones y doctrinas, incluidas el budismo, el hinduísmo, el cristianismo, el judaísmo y el islam, cuentan con la tradición de utilizar algún tipo de método meditativo. La meditación también se puede utilizar como técnica psicoterapéutica y adopta muchas formas, aunque hay dos principales:

  • La meditación concentrativa implica enfocar toda la atención en un objeto específico, mientras el individuo se desconecta de lo que te rodea. El objetivo es experimentar aquello en lo que se está enfocando, ya sea la respiración, una palabra o un mantra (sonido), para alcanzar un estado superior del ser.
  • La meditación de atención plena incluye, entre otras cosas, la reducción del estrés basada en el enfoque. Este tipo de técnica puede abordar diferentes problemas como la depresión, la ansiedad, los miedos, etc. En general, implica estar consciente en la afección e involucrado en el momento presente.

La manera más efectiva de practicar la meditación

Si bien hay muchas formas de practicar la meditación, la técnica básica es la mejor opción para los principiantes. Consiste en los siguientes pasos:

  • Elegir un lugar tranquilo y libre de distracciones. Si se opta por reproducir música, seleccionar algo tranquilo y repetitivo.
  • Establecer un límite de tiempo. En casos de iniciación es recomendable ceñirse a sesiones de 5 a 10 minutos.
  • Prestar atención al cuerpo y ponerse cómodo. Se sugiere sentarse con las piernas cruzadas en el suelo o en una silla confortable, con la espalda recta.
  • Concentrarse en la respiración. Hay que realizar respiraciones profundas que expandan el vientre y luego exhalar lentamente, prestando atención al proceso completo.
  • El propósito de la meditación no es aclarar la mente. Ésta va a divagar de forma inevitable, por lo que hay que concentrarse en volcar toda la atención en la respiración. No se trata de criticar o analizar los pensamientos, sino de dirigir la mente a la respiración profunda hasta perderse en la inmensidad de la nada. En ese punto se alcanza el cambio de consciencia.
Meditación
Fuente de la imagen: Pixabay

El impacto de la meditación en nuestra vida

La consciencia suele compararse con una corriente de agua que se desplaza y cambia suavemente a medida que pasa sobre el terreno. La meditación es un medio deliberado para cambiar el curso de esta corriente y, a su vez, alterar la forma en que se percibe y se reacciona al mundo que nos rodea.

Las investigaciones han demostrado que la meditación puede tener efectos tanto fisiológicos como psicológicos. Como la disminución del estado de excitación física, de la frecuencia respiratoria, de la frecuencia cardíaca, cambios en los patrones de ondas cerebrales y disminución del estrés.

Otros beneficios físicos, psicológicos y emocionales incluyen:

  • Mejor manejo de los síntomas de trastornos de ansiedad, estrés, depresión, trastornos del sueño, problemas de dolor y presión arterial alta.
  • Cambios en diferentes aspectos de atención y mindfulness.
  • Mayor autoconsciencia.
  • Mayor bienestar emocional.
  • Mejor memoria de trabajo e inteligencia fluida.
  • Mejor inmunidad.
  • Mayor empatía por uno mismo y por los demás.
  • Alivio del dolor de cabeza.

Consejos para meditar

  • Establecer un horario para meditar a la misma hora todos los días, por ejemplo, unos minutos a primera hora de la mañana.
  • Sentirse cómodo. La comodidad es la verdadera clave. Encontrar una posición en la que poder permanecer durante varios minutos sin sentirse rígido o inquieto.
  • Concentrarse en lo que se siente. Respirar naturalmente y observar los sentimientos y sensaciones que se experimentan al inhalar y exhalar.
  • No intentar reprimir los sentimientos. La mente está destinada a divagar mientras medita y, a veces, esto puede conducir a pensamientos un tanto emocionales que a su vez resultan incómodos o incluso angustiantes para algunas personas. El objetivo no es despejar la mente de ellos, sino reconocerlos sin juzgarlos y redirigir poco a poco el enfoque de nuevo hacia la respiración.
COMPARTIR: