Ragnarok es la destrucción cataclísmica del cosmos y de todo lo que hay en él, incluso los dioses. Si consideramos la mitología nórdica como una antología cronológica, la historia de Ragnarok naturalmente es la última.

Para los vikingos, el mito de Ragnarok era una profecía de lo que vendría en algún momento desconocido en el futuro. Pero tenía profundas ramificaciones sobre cómo esta cultura entendía el mundo en su propio tiempo.

El relato real del Destino de los Dioses de Ragnarok

El relato de Ragnarok forma parte de La Profecía de Sibyl en el poema islándico Völuspá, que data del siglo XX. Su traducción al español es la siguiente:

«Algún día, llegará un Gran Invierno como ningún otro que el mundo haya visto hasta ahora. Los fuertes vientos soplarán nieve de todas direcciones, y el calor del sol fallará, hundiendo la tierra en un frío sin precedentes. Este invierno tendrá una duración de tres inviernos normales, sin veranos intermedios. La humanidad se volverá tan desesperada por comida y otras necesidades de la vida que todas las leyes y costumbres se desvanecerán, dejando solo la lucha por la supervivencia. Será una era de espadas y hachas, el hermano matará al hermano, el padre matará al hijo, y el hijo matará al padre.

Los lobos Skoll y Hati, que han cazado al Sol y a la Luna a través de los cielos desde el principio de los tiempos, por fin atraparán a su presa. Las estrellas también desaparecerán, dejando nada más que un vacío negro en los cielos. Yggdrasil, el gran árbol que mantiene unido el cosmos, temblará, y todos los árboles e incluso las montañas caerán al suelo. La cadena que ha estado reteniendo al monstruoso lobo Fenrir se romperá y la bestia correrá libre. Jormungand, la serpiente poderosa que habita en el fondo del océano y rodea la tierra, se levantará de las profundidades y derramará los mares por toda la tierra.

Estas convulsiones harán que el barco Naglfar se libere de sus amarres. Este barco, que está hecho con las uñas de las manos y los pies de hombres y mujeres muertos, navegará fácilmente sobre la tierra inundada. Su tripulación será un ejército de gigantes, las fuerzas del caos y la destrucción. Y su capitán no será otro que Loki, el traidor a los Dioses, que se habrá liberado de las cadenas con las que los Dioses lo han atado.

Representación del lobo Fenrir
Representación del lobo Fenrir

Fenrir, con el fuego ardiendo de sus ojos y fosas nasales, correrá por la tierra, con su mandíbula inferior en el suelo y su mandíbula superior contra la cima del cielo, devorando todo a su paso. Jormungand escupirá su veneno por todo el mundo, envenenando la tierra, el agua y el aire por igual.

La cúpula del cielo se partirá y de la grieta surgirán los gigantes de fuego de Muspelheim. Su líder será Surt, con una espada de fuego más brillante que el Sol en su mano. Mientras marchan a través de Bifrost, el puente arcoíris hacia Asgard, el hogar de los Dioses, el puente se romperá y quedará atrás. Sonará un siniestro cuerno, este será Heimdall, el centinela divino, que hará sonar el Gjallarhorn para anunciar la llegada del momento que los Dioses han temido. Odín consultará ansiosamente a la cabeza de Mimir, el más sabio de todos los seres, en busca de consejo.

Las deidades decidirán ir a la batalla, aunque sepan lo que han predicho las profecías sobre el resultado de este enfrentamiento. Se armarán y se encontrarán con sus enemigos en un campo de batalla llamado Vigrid.

Odín luchará contra Fenrir y a su lado estará el einherjar, el anfitrión de sus guerreros humanos elegidos a quienes ha mantenido en Valhalla solo por este momento. Odín y los campeones de los hombres lucharán con más valentía de lo que nadie haya luchado antes. Pero no será suficiente. Fenrir se tragará a Odín y sus hombres. Entonces uno de los hijos de Odín, Vidar, ardiendo de rabia, cargará a la bestia para vengar a su padre. En uno de sus pies estará el zapato que ha sido elaborado para este mismo propósito, se ha hecho con todos los trozos de cuero que los zapateros humanos hayan desechado alguna vez, y con él Vidar mantendrá abierta la boca del monstruo. Luego apuñalará con su espada la garganta del lobo, matándolo.

Representación del gigante Surt
Representación del gigante Surt

Otro lobo, Garm, y el dios Tyr se matarán entre sí. Heimdall y Loki harán lo mismo, poniendo fin a la traición del embaucador, pero costándole a los dioses uno de los mejores en el proceso.

Thor y Jormungand, esos viejos enemigos, finalmente tendrán la oportunidad de matar al otro. Thor logrará derribar a la gran serpiente con los golpes de su martillo. Pero la serpiente lo habrá cubierto de tanto veneno que no podrá aguantar mucho más. Dará nueve pasos antes de caer muerto él mismo y agregar su sangre al suelo ya saturado.

Entonces, los restos del mundo se hundirán en el mar y no quedará nada más que el vacío. La creación y todo lo que ha ocurrido desde entonces se deshará por completo, como si nunca hubiera sucedido».

El significado del apocalipsis para los vikingos

Desde la perspectiva vikinga, esta historia era terriblemente aterradora. Es la descripción de un mundo que tiene los días contados, en el que los mismos dioses perecerán con él, sin salvarse nada ni nadie.

Pero lejos de convertirse en el relato temible de una profecía abominable, Ragnarok resultaba un modelo de inspiración para la cultura vikinga. Mientras otras religiones y civilizaciones trataban de protegerse contra el concepto apocalíptico de sus propias creencias, los vikingos veían en este fin un suceso inevitable útil y beneficioso para su propio crecimiento. Usaban este mito como fuente de vigor, valentía y aliento. Un motivo para afrontar la vida con dignidad, honor y coraje, desechando el miedo, la cobardía y la timidez.

Para los vikingos, la inevitabilidad de la muerte y la desgracia no era más que una causa para la nobleza y los actos sublimes. Hazañas que pudieran dejar huella y que quedar impregnadas en algún tiempo y en algún mundo. Mucho después de que todos ya se hubieran ido.

COMPARTIR: