Ernest Hemingway es una de las figuras más importantes de la literatura moderna. Su obra estuvo directamente influenciada por las aventuras y desventuras que caracterizaron su vida. Una historia repleta de matrimonios fallidos, influencia política, movimientos ideológicos vanguardistas y la inestabilidad misma de Europa en el periodo. Su historia se convirtió en un cúmulo de contradicciones que van desde la representación del optimismo progresista y la masculinidad del siglo XX, hasta una de las figuras más increíbles e intrigantes de la historia literaria.

En el lado costumbrista, fue reportero, soldado y un gran bebedor. La vida de Hemingway no fue la más larga pero estuvo llena de drama, impulsada por la ambición y manchada por la sangre. Pocos pueden escribir como él, y también pocos han logrado vivir como él.

La vida temprana de Hemingway

La infancia de Hemingway no fue particularmente fácil. Odiaba a su madre, a la que describió como «una perra estadounidense». Algo casi justificado en una biografía del autor escrita por su hermana, donde se revela un aspecto bastante perturbador de sus primeros años.

Según ella, la madre de Hemingway estaba obsesionada por concebir a dos hijas gemelas. Alimentaba sus fantasías vistiendo al joven Ernest de niña, con la ropa vieja de su hermana mayor. Con el tiempo comenzó a uniformar a los dos hermanos de forma idéntica, refiriéndose a ellos como sus dulces muñecas holandesas.

Tal desequilibrio en su infancia marcaría parte de su vida y motivó un desarrollo obstinado por su propia masculinidad.

De joven, Hemingway se hizo reportero en el periódico Kansas City Star. Fue ahí donde comenzó a escribir sobre incidentes policiales y sucesos en la sala de emergencias, y donde empezó a trabajar en su propio estilo a partir de las guías del mismo medio. Estas guías exigían oraciones cortas, párrafos concisos y un idioma vigoroso. Las mejores indicaciones literarias que Hemingway admitió haber recibido en la vida.

Desarrollando desde entonces sus formas y maneras, Hemingway terminó convirtiéndose en uno de los escritores más claros y francos de la literatura moderna. Que algo reconocible como la personalidad de este autor pueda provenir de algo tan inocuo como una guía de estilo de prensa es nada menos que extraordinario.

Hemingway de joven, durante la I Guerra Mundial
Hemingway de joven, durante la I Guerra Mundial

Amores de guerra

El comienzo de las hostilidades en Europa en 1914 marcó el comienzo de la primera guerra de Hemingway. Después de ser voluntario en Francia para la Cruz Roja, se convirtió en conductor de ambulancia de las fuerzas estadounidenses en 1917. Los días más famosos de Hemingway durante la I Guerra Mundial tuvieron lugar en Italia, donde, según la biografía de su vida, estuvo presente en una serie de victorias a lo largo del Delta del Piave en 1918.

En julio del mismo año, Ernest fue alcanzado por la metralla de un mortero austríaco mientras visitaba a soldados italianos en un refugio. Fue herido en el pie, la rodilla, los muslos, el cuero cabelludo y la mano, hecho que le otorgó la Croce de Guerra por su servicio. Su experiencia en Italia sentaría las bases de la trama de su libro Farewell to weapons, posiblemente una de sus mejores obras.

Hemingway regresó de la guerra con la intención de casarse con una enfermera de la que se había enamorado en el campo de batalla, Agnes von Kurowsky. Desafortunadamente para el escritor, Kurowsky ya se había casado con un oficial italiano y Hemingway se quedó solo.

En octubre de 1920, Ernest conoció a Hadley Richardson en una fiesta en Chicago. Ella era siete años mayor que él, tenía un estado mental frágil y era considerada una «solterona» según los estándares de la sociedad. Los dos se enamoraron casi de inmediato. Según el relato de su vida, Hemingway la ayudó a encontrarse a sí misma y a superar algunas experiencias traumáticas. Mientras que ella lo ayudó a él a enfocarse y refinar su propia identidad y talento artísticos.

Hemingway y la ciudad del amor

Hemingway y Hadley se casaron en 1921 y poco después se mudaron a París. A pesar de soportar una serie de pensamientos suicidas, una creciente obsesión por el trabajo y problemas con el alcohol, Hemingway terminó idealizando su matrimonio. El tiempo que pasó en la capital francesa sería recordado por el autor como el mejor momento de su vida.

Hemingway es parte fundamental de la élite de escritores, artistas, músicos y pensadores que estuvieron intrínsecamente conectados con París en su edad de oro. Un período magistralmente narrado en el último de sus libros, A Moveable Feast.

Cuando llegaron, Hemingway y Hadley vivían en un apartamento escaso sin agua corriente y un balde como baño. El autor pronto se hizo amigo de otras personalidades locales, como Gertrude Stein, Ezra Pound, Pablo Picasso y James Joyce. Después de una estadía breve en Toronto para dar a luz a su primer hijo, la pareja regresó a París y Hemingway prosperó. Fue durante este período que escribió The sun also rises y dominó la escena cultural parisina.

En 1927, el matrimonio llegó a su fin cuando Hadley descubrió un romance entre el escritor y una reportera de moda llamada Pauline Pfeiffer. Terminaron por divorciarse y Hemingway se casó con Pfeiffer ese mismo año. En 1928, ambos se mudaron a Key West, Florida.

El renacimiento en España y su viaje a Cuba

En 1937, Hemingway viajó a España para informar sobre la Guerra Civil española para la North American Newspaper Alliance. Según el periódico The Volunteer, pagó para enviar ambulancias y conductores voluntarios al país en conflicto, produjo y narró un documental pro-republicano, apoyó fervientemente a las fuerzas republicanas en sus escritos y, como dicen algunas teorías, incluso luchó contra las líneas fascistas.

Sin embargo, la guerra puso a prueba el matrimonio de Hemingway con Pauline, quien como católica devota, se posicionó con el régimen fascista de Francisco Franco. Más tarde y en el mismo país conocería a su siguiente esposa, Martha Gellhorn, y se inspiraría para otra de sus grandes obras, For whom the bells toll.

En 1939, Hemingway se mudó al Hotel Ambos Mundos en La Habana, ciudad que había visitado años atrás. Allí tramitó su segundo divorcio, tan doloroso y traumático que lo llevó a casi destruir su imagen y reputación en A moveable feast. Poco tiempo después, Hemingway se casó con Martha Gellhorn y compraron una casa en las afueras de La Habana, su hogar durante los siguientes 20 años.

Hemingway en Cuba
Hemingway en Cuba

El tercer divorcio de Hemingway y un premio Nobel

Durante la II Guerra Mundial y animado por su propia audacia, Hemingway solicitó a la Embajada Estadounidense en Cuba un suministro de bazucas, granadas de mano, ametralladoras y equipo de radio. Todo ello con la intención de convertir un barco de pesca en buque de guerra, y así cazar submarinos alemanes en el Caribe. El embajador estuvo de acuerdo, sin embargo, Hemingway y sus colegas nunca lograron su cometido. Martha Gellhorn consideró la iniciativa como una excusa para desperdiciar su vida ociosa.

Al final, este tipo de acciones suicidas llevarían de nueva cuenta a Ernest al mundo de la soltería y a apoyar al bando aliado en Francia. Conocería a su último gran amor, Mary Welsh, en París. Al terminar el asedio nazi, donde Hemingway entraría al Hotel Ritz con una ametralladora y liberaría a todo el mundo del remanente yugo alemán.

Después de la II Guerra Mundial, Hemingway regresó a Cuba para vivir con su nueva novia. En 1954, Ernest recibió el Premio Nobel de literatura. Según The New York Times, se le otorgó por su dominio poderoso y por formar un estilo de narrativa moderna. Aunque Hemingway no pudo viajar a Estocolmo para recogerlo, el Premio Nobel marcó un nuevo punto álgido en su carrera. Seis años después, Hemingway y Mary abandonaron Cuba.

El declive de Hemingway

La década de 1960 vio a Ernest caer en un fuerte declive tanto físico como mental. Había sufrido hepatitis y tenía sobrepeso. Se registró en una clínica por hipertensión, para recibir en realidad terapia de electroshock, un tratamiento contra su creciente paranoia y ansiedad.

Una de las últimas fotografías de Hemingway con su esposa Mary Welsh
Una de las últimas fotografías de Hemingway con su esposa Mary Welsh

Esta práctica no ayudó. Las tendencias suicidas de Hemingway empeoraron considerablemente y el 2 de julio de 1961, se pegó un tiro con su escopeta favorita. Al principio se creyó que su muerte fue accidental y así lo informó la prensa en su momento, pero Mary confirmó cinco años después que había sido suicidio.

Al momento de su muerte, Hemingway había publicado siete novelas, se había casado con cuatro mujeres, cazó leones, peleó en tres guerras y sobrevivió a dos accidentes aéreos.

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